Sin embargo, consideró que la inflación acumulada en 2018 (+47,6%) -casi duplicó la suba del año anterior (+24,8%)- radicó en la fuerte aceleración del IPC Núcleo, donde “los precios de bienes y servicios no regulados ni estacionales pasaron de trepar 21,2% en 2017 a 47,7% el año pasado”. A causa de “su importante inercia”,implicará que la suba precios del año pasado será más difícil de “desarmar”durante el 2019.
A su vez se le suma salto cambiario, que empujó al alza el precio de los alimentos y bebidas los cuales lideraron los incrementos de 2018, registrando alzas mayores al 50%. “Motivados por la dificultad de ajustar el gasto en estos rubros básicos, su efecto sobre el consumo será marcadamente negativo”, aclaró Ecolatina.
Al respecto, las estimaciones preliminares elaboradas por la consultora “marcan que la suba de precios se ubicará en torno al 2,5% en enero, motorizado por aumentos en agua y transporte, servicio telefónico, bienes y servicios asociados al turismo y cigarrillos”.
Por el contrario, “menores aumentos en alimentos e incluso una baja del combustible (en torno al 1% a nivel nacional) contribuirán a que la desaceleración de la inflación continúe”, detalló.
No obstante, en su informe Ecolatina pronosticó que “es probable que la suba de precios se mantenga en torno al 2,5% entre febrero y abril”, ya que tendrán lugar las subas de las tarifas de electricidad y gas que incrementarán los costos de producción de otros bienes y servicios.
A esto se agregarán nuevas recomposiciones salariales en los primeros meses del año, que no lograrán compensar a la fuerte pérdida del poder adquisitivo registrada durante 2018, lo que conllevará a una marcada retracción del consumo para el arranque del año.