Nuevamente hubo incidentes entre ambientalistas y la Policía de la Provincia en el marco de un cambio de turno de los trabajadores mineros de Agua Rica-Alumbrera, y en esta oportunidad el conflicto se desató cuando un camión cisterna quiso avanzar con combustible hacia el proyecto MARA. Los ambientalistas reaccionaron arrojando piedras, hubo daños materiales y los policías reaccionaron con disparos al aire. Las asambleas denuncian que fueron nuevamente reprimidas.
Ayer al mediodía un grupo de 100 trabajadores del proyecto MARA regresaban a Andalgalá y otros 100 subían al proyecto, cuando se volvieron a vivir incidentes con los ambientalistas, apenas dos semanas después del último antecedente.
Los antimineros realizan hace más de un mes protestas en contra de MARA en las rutas 47 (Capillitas) y 220 (El Globo), con un bloqueo selectivo en el que solo permiten la circulación de los trabajadores. La Guardia de Infantería junto a numerarios de distintas áreas de la Jefatura de Policía habían iniciado un operativo de prevención en la R47 donde aseguraron que al dialogar con los manifestantes les expresaron que «el motivo del corte era para solicitar puestos de trabajo».
En la RP202 a la altura de «El Globo», donde está el acampe de los ambientalistas, la ruta estaba cortada con grandes piedras. Según informó la Policía, se pudo constatar que los ambientalistas tenían «elementos incendiarios de fabricación casera, gomeras y piedras» y que ello motivó un procedimiento para resguardar a los empleados mineros, transportistas y los propios manifestantes.
Los incidentes comenzaron cuando un camión con combustible superó el bloqueo. Los ambientalistas reaccionaron arrojando piedras, lo que provocó daños en el vehículo. Allí la Policía realizó cuatro tiros de salva (disparos al aire con cartucho de estruendo), siguiendo los protocolos de intervención autorizados para estos sucesos. No hubo personas aprehendidas y el único herido fue el chofer del camión, quien sufrió cortes por la rotura de los vidrios. Videos de este episodio circularon ayer por las redes sociales.
La Policía informó luego que el vehículo policial que trasladaba a autoridades policiales hacia Andalgalá sufrió «averías como consecuencia de la colocación de clavos miguelitos en la ruta» y se realizó un denuncia penal al respecto.
La Asamblea El Algarrobo, por su parte, denunció que nuevamente fueron reprimidos y aseguró que la Policía impidió el paso de vecinos de Choya hacia el corte para asistir a quienes protagonizan el acampe. Apuntaron al Gobierno y a la empresa MARA por el conflicto.
Murúa pidió respuesta de la Justicia
El ministro de Minería, Marcelo Murúa, lamentó que se «utilicen medias verdades para generar zozobra» y aseguró que los episodios de violencia en Andalgalá son encabezados «por un grupo minoritario, que no es representativo del pueblo de Choya ni de Andalgalá». «En este contexto en el que existen muchas denuncias de ambos lados, me parece que la Justicia no puede llevar más de un mes sin emitir una definición al respecto», reclamó.
«Hay un grupo minoritario que apeló a metodologías violentas para plantear su situación, pero no es representativo. Hay cuestiones que se pueden hablar y mejorar, hay cosas que se dicen que no son como se dicen y básicamente se soluciona informando. Nosotros mandamos toda la información al CD, muchas veces la información se parcializó y se dijeron cosas que figuran en el expediente pero no dijeron que no se habían aprobado, como ocurrió con lo de la escombrera», dijo en Radio Ancasti. En ese sentido, consideró que «diciendo una media verdad se genera un estado de conflicto permanente en un grupo minoritario violento que no representa al pueblo en su conjunto». «Decir cosas que no son también es violencia, porque se generan zozobra y temores», expresó.
«No hay que tratar de llevar agua para los molinos políticos. En la oposición y oficialismo hay actores que apoyan la actividad minera y otros que no, por eso creo que esto es algo transversal», opinó.
El Ancasti