Además de ser un postre visualmente atractivo, esta receta sorprende por su contraste de sabores y texturas. Un bocado que mezcla el crujiente de su base, con la acidez del kiwi y la suavidad del queso fresco, todo combinado con la dulzura del sirope de agave.
INGREDIENTES para 4 personas
- 250 g de queso fresco
- 4 kiwis
- 4 láminas de pasta filo
- 4 cucharadas de sirope de agave
- Aceite de oliva
PREPARACIÓN
- Para empezar a preparar esta receta, pincela la pasta filo con aceite. Dobla cada lámina sobre sí misma formando una tira larga y estrecha, de unos cinco centímetros de ancho. Corta cada tira en tres porciones iguales.
- Extiende una hoja de papel sulfurizado sobre una bandeja de horno, dispón las piezas de pasta filo y cuécelas unos 12 minutos en el horno precalentado a 180º, hasta que empiecen a dorarse. Retira y deja que se enfríen.
- Corta el queso fresco en dados pequeños. Pela los kiwis y córtalos en rodajas.
- Para terminar, monta el milhojas colocando primero una base de pasta filo y después unas rodajas de kiwi y unos daditos de queso fresco. Rocía con una pizcade sirope de agave y añade otro piso con las mismas capas.
EL TRUCO
Puedes elegir otras frutas para preparar este postre, como fresas, naranja o mango, o bien combinar algunas de ellas.